Al hablar de una tenencia de mascotas, se trata de un ser vivo, y la decisión de adoptar una no puede ser tomada a la ligera para un adulto, en especial si el dueño o cuidador va a ser un niño.
Más allá de la edad, lo que se debe tomar en cuenta es la madurez del niño para cumplir este tipo de responsabilidades… muy, pero muy diferente a tener un juguete, el animalito necesita de cuidados, como alimentación, salud, aseo, además de atención y cariño”, explica Javier Aveiga, veterinario.
Agrega que no solo el pequeño será el responsable de la mascota, también los adultos, pues son quienes solventaron los gastos que se necesiten para su crianza, además de encargarse de enseñar e instruir al niño sobre los cuidados del nuevo integrante de la familia.
"Lo que sí podemos decir es que los más pequeñitos, hablamos de uno, 2, 3, 4 años, no pueden tener una mascota, no tanto porque no le darán la atención y cuidados que requiere, sino por la propia integridad del animalito… lo más seguro es que lo maltraten inocentemente, le pueden tirar de la cola, las orejas, patearlo, y peores cosas… y cuando el animal crezca, seguramente responderá agresivamente, y ahí será la integridad del niño la que esté en riesgo”, aclara el especialista.
Indica que es importante educar al pequeño para que comprenda que no debe maltratar a la mascota o manosearla demasiado si esta es muy pequeña; y lo mismo con el animal, debe ser educado.
"Al principio el animal hará sus necesidades dentro de la casa, hasta que se lo eduque, mientras tanto, se debe explicar al niño cómo hacerse cargo del aseo, y lo mismo con las demás atenciones y responsabilidades”, señala Aveiga.
En definitiva, todo dependerá de la formación que los padres le hayan dado a su hijo, si forjaron bien su carácter y personalidad podrá cuidar mejor de la mascota.
Asimismo, es importante tener en cuenta que los niños son el reflejo de los padres, es decir, las actitudes y tratos que los mayores tengan con los animales serán replicados por los menores.
Antes de tomar la decisión de tener una mascota se deben analizar todos estos factores, por el bienestar del animal y también el de la familia, porque los conflictos pueden aparecer.