Sigue estos pasos básicos para crear un espacio relajado y funcional, y que esas cuatro paredes llamadas casa se sientan como un hogar.

Distribución vital: Mueve los muebles de un lugar a otro hasta encontrar un espacio que te resulte atractivo y funcional, pero sobre todo con el que te sientas cómodo.

Inversión en sofá: Tómate todo el tiempo posible en escoger un color, textura y tamaño de sofá que más se aplique a tu sala. No olvides las medidas del lugar, sería una pena encontrar una pieza encantadora, pero muy grande para tu ambiente.

Objetos decorativos: Los accesorios son el alma de la decoración. Déjate llevar por los que más te gustan, aunque primero trata de hacerte una idea de cómo se vería en tu hogar, viendo revistas y portales de decoración.

Añada verde: Incorpora plantas y elementos naturales para un ambiente más cálido, fresco y espiritual.

El efecto capas: Crea capas en una habitación genera confort visual y una atmósfera acogedora. ¿Cómo lo haces? Agregando texturas y colores que proporcionen ambiente, como alfombras o grandes almohadones.

Pizcas de color: El color puede añadirse de varias formas, a través de los accesorios: sábanas, mantas, jarrones, cuadros, cojines, lámparas.

La regla de tres: Afortunadamente, no se trata de matemáticas, sino de colocar elementos en un número impar, tanto en decoración como en muebles y hasta tonalidades de color.

Iluminación perfecta: Siéntate en cada cuarto en distintas horas y así notarás dónde se requiere complementar con bombillos y lámparas.