Te damos 10 claves para mejorar la decoración de tu dormitorio principal. El colchón, la iluminación, el color de las paredes… Todo influye a la hora de crear un ambiente envolvente y relajante que nos ayude a conciliar el sueño.
1. ¿Cómo lo distribuyo?
La cama es la pieza principal sobre la que gira toda la decoración. Sin embargo, antes de lanzarte a su compra, calcula el espacio que te quedará para colocar unas mesillas a ambos lados de la cama (40 cm mínimo). Si el dormitorio es grande, puedes añadir una banqueta a los pies para utilizarla como descalzadora. En cuanto a la orientación, procura situar el cabecero a un lado de la ventana, nunca detrás ni de frente, así la luz no te molestará.
2. El color de las paredes
El color es fundamental en la decoración y, en un dormitorio, su elección debe estar al servicio del descanso. A la hora de pintar las paredes, elige tonos claros, suaves y cálidos, como la propia piel. Éste es el caso del beige, el garbanzo, el crema, el amarillo pajizo o el salmón. También resultan envolventes los grises cálidos, los verdes agua y los turquesas. Se recomienda evitar los tonos vibrantes o chillones, por sofisticados que sean.
3. Suelos confortables
Aunque el mueble protagonista es la cama, pisar calidez es lo mejor que nos puede pasar después de un buen descanso. Escoge suelos cálidos, como la madera maciza o laminada, y vístelos con alfombras de lana de pelo largo que arropen tus pies al caminar descalza.
4. La cama, pieza clave
Es la inversión más importante del dormitorio. Elige un buen somier y un buen colchón. Los de látex (a partir de 1.000 €) y los viscoelásticos (desde 1.500 €) son los que mejor se amoldan al cuerpo. Antes de decidirte, pruébalo junto con la almohada.
5. Elegir el cabecero
Se llevan cada vez más altos y más rectos, aunque los especialistas recomiendan no abusar de la altura (intenta no sobrepasar los 130cm). Los puedes forrar con cuero o con telas coordinadas con las cortinas, y jugar con detalles que siempre visten, como tachuelas o falsos capitonés. Si prefieres una opción más atemporal, un clásico cabecero de rejilla o de madera lacada dará, además, un toque vintage. ¿Quieres ser original y dar un aire más funcional al dormitorio? Un cabecero de pocos centímetros integrado en un mueble modular a medida con mesillas incluidas resultará, además, muy decorativo. Otra opción son los cabeceros multifuncionales. Por ejemplo, una hornacina en la pared sobre la cama puede servirte de estantería, además de delimitar la zona del cabecero. Otra posibilidad muy vistosa, si tienes espacio suficiente, es jugar con un tabique a media altura a modo de cabecero (por ejemplo, de DM pintado o lacado) para separar la zona de descanso del vestidor o del baño.
6. Alternativas muy decorativas
No siempre hay que recurrir al tradicional cabecero de madera o de hierro. Hay opciones para “enmarcar” la parte superior de la cama que quedan muy elegantes. Por ejemplo, puedes entelar toda la pared donde se apoya la cama o empapelarla de un modo distinto al resto. El entelado “recoge”la zona de la cama y le da un aire distinguido. Una alternativa, igual de decorativa aunque más fácil de mantener, son los frentes panelados de madera.
7. Acertar con las mesillas
Ponemos mucho empeño en la elección de la cama, buscando que sea amplia y cómoda,pero luego queda la ardua tarea de “encajar” una mesilla a cada lado. Lo más práctico es hacerlas a medida, aunque hoy puedes encontrar mesillas de tamaños muy variados que van desde los 30 cm de ancho hasta los 60. La razón es que la iluminación ya no se apoya únicamente en la mesa, sino también en la pared y, muchas veces, en el propio cabecero de la cama.
8. Crear un vestidor
El confort de un dormitorio está asegurado si cuenta con un buen armario para guardar la ropa con comodidad. Los de pared a pared son los más prácticos, sobre todo si cuentan con altillos en la parte superior. Si tienes espacio, contempla la opción de situarlo tras un tabique para tener más intimidad. También puedes integrarlo en el baño –si es grande– cerrando la zona de sanitarios y ducha y abriéndolo a la habitación.
9. Una zona de tocador
Si tienes espacio en el dormitorio, un tocador pondrá el toque femenino y personal al ambiente. Si eliges una mesa o un buró antiguo, una silla de estilo y un espejo crearás un rincón romántico y con un aire vintage. Reforzarás este efecto romántico con frascos de cristal antiguos y algunas flores.
10. Vestir las ventanas
Las telas vaporosas con caída, como hilo, algodones o linos, ya sean lisas o con sutiles estampados a juego con la ropa de cama, son una apuesta segura. En pocos metros, unas caídas a ambos lados o unos estores en tonos claros aportarán más sensación de amplitud. En dormitorios amplios, puedes optar por una doble cortina, es decir, un visillo y una cortina con una tela más tupida. Y atención a los bajos de la cortina: la tendencia ya no es a ras de suelo, sino que “arrastre” hasta unos 30 cm para que quede más rica.