El problema para los graduados es hacer el currículo, piensan que no tienen nada por aportar. Sin embargo, los estudiantes acumulan experiencia y conocimientos los cuales, bien presentados, capturan al empleador.
Pareciera que describir ¿qué puedes aportar a una empresa?, es sencillo o evidente, pero gran parte de los currículos que llegan a los responsables de selección de personal son descartados por faltas, como mala redacción, falta de información, o se incluyen datos mal organizados.
Son varios los elementos a considerar al planificar tu búsqueda de trabajo; por esta ocasión nos centraremos en una guía para crear el currículo de un egresado. Hay diversos mitos que romper en esta población, el primero es considerar que por no haber experiencia es posible ‘excederse’ en la descripción de conocimientos y formación académica. ¡Olvídalo! el CV no es un resumen de cargos y cursos, sino una carta que te pueda vender.
Un error común es incluir foto. Este material se descarta, a menos que el puesto lo determine, de ser así, es recomendable proyectar una imagen casual, usando colores neutros como una camisa blanca. Toma atención a estas sugerencias
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Escribe tu nombre completo, descartando las iniciales de la carrera (por ejemplo Lic. Antonio Romero Hernández). En el currículo de un joven no hay inconveniente en poner fecha de nacimiento.
Las vacantes tienen un perfil y están bien marcadas por edades, por lo que este indicador puede ser una guía para el reclutador en muchos casos. -
Destaca tu lado académico, luego de citar los datos personales, coloca el nombre de la carrera, instituto donde estudió y durante qué fechas. Ya no es necesario poner educación secundaria.
Si tienes una experiencia internacional, como un intercambio, sácalo a ‘relucir’. Poner el promedio sólo es importante cuando se obtuvo una mención como ‘excelencia académica’. -
Llegó el momento de los “pequeños” acercamientos con el mercado de trabajo. La mayoría de las universidades, o si tienes formación técnica, promueven las prácticas profesionales o hasta programas trainee con las compañías.
Esos indicios de acercamiento con la vida profesional son los que debes mencionar. Coloca esta información en la sección de experiencia profesional. Cita la práctica realizada, dónde y por cuánto tiempo. Generalmente es difícil reportar resultados de ese tipo de experiencia, puedes cambiar los números y los porcentajes por habilidades y competencias aprendidas en tu papel como becario. Algunos ejemplos de éstas son: negociar, comunicar, trabajo en equipo, compromiso con el medio ambiente. Enfócate en mencionar ejemplos concretos que ilustren esa destreza adquirida. -
Aquí va otra regla importante para los egresados: al empleador le interesa ver en qué otros círculos participaste y con qué resultados, adicional a lo académico.
Piensa en las actividades culturales, sociales, deportivas o voluntariado que hiciste, esto integra el apartado “extra curricular”, si obtuviste resultados sobresalientes apúntalo. Moverse en estas áreas, con buenos resultados, es sinónimo de competencia, perseverancia, entrega; conceptos que después se aplican y valoran en el trabajo.
Para finalizar el CV es importante apuntar tus habilidades en idiomas, programas o sistemas particulares, siendo realista en términos del nivel de dominio, básico, medio, avanzando.
Al momento de hacer tu currículo, es importante que no mientas en tus datos, principalmente en manejo de idiomas y cursos. Sin embargo, los reclutadores dominan técnicas para descubrir la información falsa, y una vez que eso ocurre tu imagen profesional se daña. No hay segundas oportunidades para quien mintió en los procesos de reclutamiento.