En la vida profesional es posible que te encuentres ante una disyuntiva sobre si debes dejar el trabajo en el que estás, sin embargo, tomar la decisión resulta complicado, más incluso si no sabes ver las señales que indican cuál es el camino correcto.
Es indispensable que tomes una decisión basada en la información y no sólo en un impulso, con el fin de que puedas planear una separación que sea beneficiosa para ti y no afecte tu reputación ni a la empresa que abandonas.
Existen varias razones que obligan a un empleado a renunciar. Estas son algunas de ellas que podrán servirte de ayuda para ver las cosas más claras y tomar una decisión.
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No te gusta lo que haces
A menudo es necesario hacer un trabajo que no nos gusta porque no hay más opciones pero si esto sucede durante demasiado tiempo acabarás sintiendo frustración. Es importante que tengas claro qué es lo que te gusta, cuál es tu pasión en la vida y pensar qué trabajos podrían encajar. Pregúntate qué tareas o actividades concretas te gustaría desarrollar. -
Trabajas experimentando acoso o maltrato
Si te encuentras en un ambiente laboral destructivo o estás siendo víctima de acoso y has agotado todos los recursos disponibles para combatirlo, como hablar con la persona responsable del acoso, hablar con tus superiores, acudir al departamento de recursos humanos, etc., entonces puede ser el momento de pensar en irte a un lugar más saludable. -
Te sientes invisible
Tal vez sientes que tu trabajo no se reconoce, o te sientes como si fueras un objeto más. Piensas que no se toma en cuenta tu opinión, te dejan de lado o te sientes rechazado, los proyectos más importantes o interesantes se entregan a otros, o sientes que te están ignorando. Si es así, tu autoestima corre peligro y es importante que renuncies e intentes rodearte de personas que te valoren. -
Quieres algo mejor
Tal vez tengas un buen trabajo, un buen sueldo y un buen ambiente laboral, pero deseas algo mejor; quizás deseas un cambio, hacer algo diferente, buscar nuevos retos, poner a prueba tus capacidades, explorar nuevos modos de hacer las cosas, nuevas ideas, trabajar en otra cultura o país, etc. Todos estos pueden ser motivos más que suficientes para dejar un trabajo y además puede ser algo muy enriquecedor tanto a nivel personal como profesional. -
El trabajo afecta tu salud
A veces puede que te sientas mal antes de ir a trabajar; se te pone un nudo en el estómago, no tienes ganas de levantarse, sientes cansancio, ansiedad, estrés, dolores de cabeza o tristeza. Si por algún motivo el trabajo está afectando tu salud física o emocional, ten claro que algo no marcha como debería. Trata de descubrir la razón por la que te sientes así o simplemente plantéate la posibilidad de buscar un nuevo empleo.