Has enviado tu CV, te han llamado para hacer una entrevista, todo ha ido bien y estás satisfecho con el resultado, hasta has tenido una buena entrevista, y te has mostrado eficiente y resuelto, pero… no te han seleccionado. ¿Qué ha fallado? Lo primero que hay que saber es que se puede ser un buen candidato y no ser seleccionado.
Existen una serie de factores que nos pueden ayudar a entender por qué no hemos sido seleccionados.

1. No estar lo suficientemente calificado
   Al inicio del proceso de selección, cuando te llaman para realizar una entrevista, significa que han leído tu currículum y eres un posible candidato. Pero en la realidad, de los CV que reciben las empresas por cada puesto de trabajo, aproximadamente el 50% son descartados por falta de calificación. Por eso, hay que prestar atención y solo optar al puesto cuando se cumpla con los requisitos. Eso sí, conviene no ser excesivamente estrictos en este aspecto: si, por ejemplo, piden una experiencia mínima de 5 años y tienes 4 años de experiencia, y cumples el resto de exigencias, debes enviar el currículum. Muchas veces este tipo de requerimientos son orientativos.
2. Descubrieron que mentiste en tu CV
   Si los reclutadores encuentran algún dato inexacto en él o detectan una mentira, te descartarán sin más. Puede resultar especialmente bochornoso que te sometan a alguna prueba (de idioma, informática…) para la que pidan un nivel determinado y descubran que no estás cualificado y que el conocimiento real no es acorde a lo que cuentas. Mejor ahorrarte esa situación y, o bien retirarlo del currículum, o bien adquirir la calificación que dices que tienes.
3. Han seleccionado a un candidato interno de la compañía
   En muchas ocasiones las empresas hacen procesos de selección abiertos; pero pueden terminar decantándose por ascender a un trabajador de la compañía, bien para dar una imagen de accesibilidad o para hacerse con currículums para próximos procesos.
4. La vacante ha sido eliminada o puesta en espera
   Esto puede ocurrir después de haber realizado la entrevista. Por ejemplo, pueden haber decidido hacer recortes presupuestarios o bien estar en proceso de reestructuración de plantilla y funciones y, de momento, han paralizado el proceso de selección. Por eso, es conveniente llamar pasado un tiempo razonable para saber si ya han cerrado el proceso (y, de paso, reiterar nuestro interés).
5. Estás sobrecalificado
   Muchas empresas prefieren descartar a candidatos con más calificación de la requerida para el puesto por cuestiones de presupuesto (el sueldo es más alto) o porque consideran que, en cuanto encuentren una oferta que se adapte más a su perfil, se irán sin más y prefieren un empleado que pueda quedarse más tiempo.
6. No tienes experiencia específica en alguna tarea concreta
   Es posible que tengas experiencia en puestos similares, pero no en una tarea concreta que es importante para el trabajo. Muchas veces es en la entrevista donde se dan cuenta de ello.
7. Hablar mal de tu empleo anterior
   Aunque tu experiencia en una empresa anterior no fuera del todo positiva, es mejor hacer hincapié en lo que aprendiste. En caso contrario, puedes pecar de desleal. Si eres capaz de hablar mal de tu antigua empresa, ¿por qué no lo vas a hacer con la nueva?
8. Otro candidato se ajusta más al puesto
   Puedes ser un buen candidato y hacer una buena entrevista, pero puede haber otro que se ajuste más al puesto. O, simplemente, no están interesados en tu perfil. Lo que te ha podido parecer una entrevista perf ecta, puede que no lo haya sido tanto para el reclutador. También sucede a veces que, siendo ambos igual de buenos, se selecciona a uno en vez de otro por su habilidades, y no solo por la experiencia y la formación.

En cualquier caso, aunque esta vez no hayas sido elegido, conviene reiterar tu entusiasmo por trabajar en la compañía y tu disposición a valorar otra oferta dentro de la empresa que se adapte a tu perfil en otro momento.